Príncipe Germán

Duque de Royan de 1789 a 1853

Biografía

Su Alteza el Príncipe Germán (Germain) Henri nació el 24 de septiembre de 1779, hijo del Príncipe Pierre (1757-1785) y Ana Landrey (1761-1802). Desde joven estuvo destinado a ocupar un lugar de gran importancia, de hecho a los 10 años, en 1789, sucedió a su abuelo, el príncipe Luis, como duque de Royan, asumiendo así las responsabilidades y deberes que acompañan a este ilustre título.

El período de la Revolución Francesa marcó un importante punto de inflexión en la vida del joven Príncipe Germain. A pesar de su corta edad, sigue siendo leal a la familia real y sigue siendo un partidario del rey Luis XVI en los momentos más difíciles. Sin embargo, con el advenimiento del Imperio bajo el reinado de Napoleón Bonaparte, tomó la valiente decisión de refugiarse en Inglaterra con su familia, buscando preservar su integridad y lealtad a la monarquía.

En 1800, el duque de Royan contrajo un prestigioso matrimonio al casarse con Angélique de Bauffremont-Courtenay (1779-1834). De esta unión nacieron tres hijos: el Príncipe Germán, futuro duque de Royan, la Princesa María (1808-1884), que llegó a ser designada heredera presunta, y la Princesa María-Ana (1810-1819), cuya vida desgraciadamente fue acortar.

Con la restauración de la monarquía en 1815 y la llegada al poder de Luis XVIII, la familia ducal decidió regresar a Francia, decidida a reconstruir y participar activamente en la vida política y social del país. Nueve años más tarde, con el acuerdo del rey, el duque de Royan creó oficialmente la Casa de Royan, institucionalizada por la deliberación de las cartas patentes. Este reconocimiento oficial atestigua el lugar eminente que ocupaba la familia dentro de la nobleza.

Sin embargo, con el establecimiento del Segundo Imperio tras el golpe de Estado de Napoleón III en 1851, el duque de Royan y sus hijos tomaron la difícil decisión de establecerse nuevamente en Londres. Esta decisión está guiada por su inquebrantable apego a sus principios y a la causa monárquica, así como por el deseo de proteger su integridad y su libertad frente a las convulsiones políticas de la época. Lamentablemente, el Príncipe Germain murió en Londres el 25 de julio de 1853, dejando tras de sí un legado de lealtad, coraje y compromiso con los nobles valores que siempre han caracterizado a la Casa de Royan.